viernes, 14 de octubre de 2016

¿Que dice la Didaché sobre el Bautismo? por José Miguel Arráiz

Didaché es una palabra griega que significa “enseñanza”. El título completo de la obra es “La instrucción del Señor a los gentiles por medio de los doce apóstoles”, o de forma más resumida “Instrucciones de los apóstoles”.

Está considerado como uno de los documentos más importantes de la Iglesia primitiva. Pertenece al grupo de escritos de los Padres Apostólicos[1]. Aunque la fecha de su composición no se conoce con exactitud algunos autores opinan que fue escrito entre los años 50 al 70, otros lo situan entre comienzos y mediados del siglo II.

Sobre el Bautismo

En la Didaché se encuentra información de valioso interés apologético porque se describen las prácticas católicas de bautizar tanto por inmersión[2] como por infusión[3]:

“Acerca del bautismo, bautizad de esta manera: Dichas con anterioridad todas estas cosas, bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo en agua viva [corriente]. Si no tienes agua viva, bautiza con otra agua; si no puedes hacerlo con agua fría, hazlo con caliente. Si no tuvieres una ni otra, derrama agua en la cabeza tres veces en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Antes del bautismo, ayunen el bautizante y el bautizando y algunos otros que puedan. Al bautizando, empero, le mandarás ayunar uno o dos días antes.” (Didaché 7,1-4)

Esto es relevante porque algunas denominaciones protestantes han entendido que sólo es válido el bautismo por inmersión. Argumentan que la palabra “bautismo” es una romanización (bapto o baptizo) cuyo significado es «lavar» o «sumergir», y eso implica que la forma de bautizar ha de ser de esa manera. De allí que el bautismo por inmersión es el que se suele aplicar en comunidades eclesiales protestantes como las bautistas y evangélicas, además de algunas sectas como La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y los Testigos de Jehová. Sin embargo, el texto de la Didaché demuestra que para los primeros cristianos el significado de la palabra no establecía una manera fija para la administración del sacramento y que este podía variar de acuerdo a las circunstancias[4].

El texto de la Didaché también arroja mucha luz sobre la antigua polémica relacionada a la formula de bautismal, sobre si en la Iglesia primitiva se bautizaba sólo en nombre de Jesús como se menciona en Hechos 2,38; 8,16; 10,48; 19,5, o en nombre de la Trinidad como Jesús ordena en Mateo 28,19. La Didaché también hace referencia al bautismo en nombre del Señor (Didaché 9) pero cuando indica las palabras a utilizar al momento de bautizar se dice que ha de hacerse en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo:

“Que nadie coma ni beba de vuestra acción de gracias, sino los bautizados en nombre del Señor…” (Didaché 9)

“…bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Didaché 7)

Esto apoya la tesis de que cuando en la Escritura se hace referencia al bautismo en nombre de Jesús lo que se hacía era hacer referencia de forma abreviada al bautismo en nombre de la Trinidad, diferenciandolo así de otros bautismos como el de Juan el bautista. También descarta el hecho de que la fórmula Trinitaria haya sido una interpolación tardía originada en el siglo IV, tal como han supuesto algunas sectas que rechazan la doctrina de la Trinidad[5].

NOTAS

[1] Se conocen como Padres Apostólicos a aquellos autores del cristianismo primitivo que tuvieron algún contacto con uno o más apóstoles. Son un subconjunto dentro de los Padres de la Iglesia que se compone de escritores del primer siglo y comienzos del segundo, cuyos escritos tienen una profunda importancia en el conocimiento de la fe cristiana primitiva. Se caracterizan por ser textos descriptivos o normativos que tratan de explicar la naturaleza de la novedosa doctrina cristiana.

[2] El bautismo por inmersión se realiza sumergiendo totalmente al bautizado en el agua.

[3] El bautismo por infusión se realiza derramando agua sobre la cabeza.

[4] De la misma manera que en la Sagrada Escritura se observa que la forma de bautizar no siempre pudo ser por inmersión. A este respecto se puede mencionar el hecho de que San Pablo parece ser bautizado en una casa y de pie. En Hechos 22,16 se narra un bautismo en Jerusalén de 3000 personas en un mismo día, y dado que se trata de una ciudad que no cuenta con ningún rio se hace difícil creer que se sumergiera esa cantidad de personas en algún estanque o algún poso donde se tomara el agua para beber.

[5] Quienes han argumentado que la fórmula bautismal en nombre de las Tres Divinas Personas mencionada en Mateo 28,19 es una interpolación tardía buscan apoyo en los escritos de Eusebio de Cesárea, historiador de la Iglesia del siglo IV, haciendo notar que antes del Concilio de Nicea (año 325) citaba Mateo 28,19 escribiendo “Haced discípulos a todas las gentes, bautizándolos en mi nombre” y posteriormente comenzó a citar el texto como lo conocemos hoy. Sin embargo, esto, más que probar que en la antigüedad se solía citar la Escritura de forma no textual, no tiene fuerza con respecto a la evidencia documental en la que la totalidad de manuscritos bíblicos existentes (incluyendo los más antiguos) se lee la fórmula completa: “…bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. (Vea a este respecto: ¿Bautismo sólo en nombre de Jesús?)

sábado, 14 de mayo de 2016

Joven gay logró ser el padrino de bautizo de su sobrina, por Patricia Recio

El joven publicista Jeffrey Ulate, quien hace dos semanas hizo pública su molestia porque un cura le impidió ser padrino de su sobrina, por ser homosexual, logró este domingo bautizar a la niña.

Ulate aseguró que la ceremonia religiosa se llevó a cabo gracias a la intervención del obispo de Alajuela, Monseñor Ángel San Casimiro. La pequeña Valentina, ya tiene padrino y fue bautizada en la parroquia del Invu las Cañas.

El publicista  reconoció que el asunto se trató de la mejor manera y el bautizo se llevó a cabo de forma normal, añadió que prefería no ahondar en detalles, pues quieren pasar la página y "no hacer el tema más grande".

El pasado 10 de febrero, Ulate denunció que tras haber cumplido los requisitos para convertirse en padrino de la niña, el cura párroco de San Joaquín de Flores, en Heredia, Sixto Varela, le impidió participar del sacramento por ser gay.

Sin embargo, consultado en esa ocasión, Varela dijo a La Nación que el impedimento no se dio por la homosexualidad de Ulate, sino porque éste había dicho "abiertamente que no cree en Dios ni en la Iglesia"

Tras este incidente, el Movimiento Diversidad, envió una carta al papa Francisco, denunciando discriminación de la Iglesia a causa de la orientación sexual de Ulate.

La Nación intentó conversar con el obispo de Alajuela y con el párroco a cargo de la iglesia del Invu Las Cañas, José Alfonso Benavides, pero no fue posible contactarlos en su celular y la oficina parroquial respectivamente.

Fuente: nacion.com

Sobre el sonado caso del padrino gay, por Maricruz Tasies

En mi país (Costa Rica) ha sucedido que una persona homosexual ha solicitado ser padrino de bautismo.

El párroco se ha negado por lo que la reacción de la persona fue recurrir a la denuncia pública. De su lado se pusieron la prensa y el lobby homosexualista para presionar al párroco y a su obispo con el fin de que lo aceptaran como padrino. La reacción del lobby y del joven en cuestión fue, incluso, amenazar a la Diócesis con recurrir al papa Francisco para resolver la situación.

El desenlace ha sido que el obispo ha invitado al joven a su oficina para conocer su versión y resolverla de forma razonable tras lo cual, lo que se supo por medio de la prensa y de breves entrevistas a los sacerdotes involucrados, fue que el joven –finalmente- sería padrino.

Ante estos casos existen dos aspectos que deben separarse desde el principio y ser tomados paralelamente en consideración a la hora de tomar una justa decisión:

El aspecto doctrinal: para resolver el aspecto doctrinal debe considerarse el Derecho Canónico y las enseñanzas de la Iglesia.

El aspecto político: para resolver el aspecto político debe tenerse en cuenta la presión que el lobby homosexualista ejerce a nivel mundial a través de diferentes organizaciones para, poco a poco, imponer su tiranía apoyados por la prensa, políticos y personajes de la vida pública.

Los párrocos pero, principalmente los obispos, tendrían que procurar estar muy al tanto de todas estas cuestiones no vaya a ser que sirvan de instrumento para que se imponga a los católicos la Ideología de Género que vendrá, sin lugar a dudas, acompañada de persecución religiosa.

Deberán, además, tener claro que su decisión tendría que privilegiar la salvación del alma de los involucrados como a la vez dejar muy clara su oposición a la presión política que pretendan ejercer sobre la Iglesia con el fin de hacernos pasar por sobre el Derecho Canónico y las enseñanzas de Cristo.

Por lo anterior es que estos casos demandan astucia y sagacidad. No debemos quedarnos resolviendo únicamente un solo aspecto. Ambos deben ser resueltos de forma contundente para lo que es una exigencia de la fe y de la razón estar informados así como pedir la asesoría pertinente. Ser, además, sumamente escrupulosos en la forma en que respondemos a la prensa.

Muchos somos del pensar que no será nunca suficiente el cuidado que pongamos en velar porque las enseñanzas de Cristo permanezcan intactas, incluso a costa de la reputación de los católicos ante el mundo.

El caso es que la decisión fue tomada y el joven ahora es padrino.

El resultado ha producido gran desconcierto en la mayoría de los católicos a quienes, hasta el momento, no se les ha explicado:

Las razones canónicas y doctrinales para haber accedido a la solicitud del joven. Las razones para lo que, en apariencia, fue ceder ante la presión política ejercida por el lobby homosexualista. No nos atrevemos a dudar de las razones del obispo pero requerimos de Su Excelencia conocerlas; ante todo porque sus razones nos servirán para comprender la forma en que hemos de juzgar la realidad de manera cristiana.

Excelencia Reverendísima, Monseñor Ángel Sancasimiro, por caridad, denos a conocer sus razones ya que son vitales para conducirnos como antorchas ante el mundo tal como lo ha sido el padre Sixto Varela cuando, no solo ante el joven por declararse ateo y el lobby homosexualista sino ante la prensa, de primero y con suma contundencia, presentó las razones del Derecho Canónico para, hasta el día de hoy, oponerse a la solicitud del joven.

En ese sentido, esperamos de usted también esa luz; es más, resulta una exigencia de nuestra conciencia el solicitársela.

Quedo de usted, fiel y obediente servidora, quien besa su sacerdotal anillo.

SOBRE LA AUTORA: Vivo en un lugar encantador en las faldas de una cordillera en el Valle Central de San José de Costa Rica a 1300mts sobre el nivel del mar. Dediqué buena parte de mi existencia a mi profesión: las Artes Gráficas. Enriquecí mi vida de fe en la Escuela de Ciencias Teológicas de la Universidad Católica de Costa Rica. Desde hace algún tiempo –mis conocimientos y destrezas– están al servicio de Cristo, de su Iglesia y de su Vicario, por supuesto. También puedes ponerte en contacto conmigo en maricruztasies@yahoo.com, en mi perfil de facebook o en Deo Omnis Gloria en blogger. «En el modo que tenemos de vivir las circunstancias, decimos ante todos, quién es Cristo para nosotros» L. Giussani

lunes, 14 de marzo de 2016

Acabar con los padrinos de bautismo, por el P. Jorge González Guadalix

Interesante comprobar que justo las cosas a las que damos más importancia, son las que realmente más escaso valor tienen. Por ejemplo, el tema de los padrinos en el bautismo que no es ni siquiera obligatorio.

El Código de derecho canónico dice al respecto:

“En la medida de lo posible, a quien va a recibir el bautismo se le ha de dar un padrino, cuya función es asistir en su iniciación cristiana al adulto que se bautiza, y, juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo. Téngase un solo padrino o una sola madrina, o uno y una”.

Es decir, si se puede, pero solo si se puede. Lo que afirma el código a continuación es que sí debe haber al menos un testigo.

En la realidad el problema es que en la gran mayoría de los casos los padrinos son institución en la práctica casi del todo inútil y fuente de conflictos casi de forma permanente. Que si Manolito, aunque tenga doce años, los tíos que mira por donde no están casados canónicamente, los primos de Massachusetts o la ilusión de dos madrinas o dos padrinos que, con un poco de suerte encima son pareja y más que de hecho. Es decir, escasa aportación y sobra de conflictos, amén de ninguna obligatoriedad.

Pues se acabaron los padrinos. ¿Tan complicado es? O los niños son educados por los padres o no hay nada que hacer salvo en especialísimas circunstancias. Vienen los papás a bautizar. Perfecto, se habla con ellos y adelante con el bautizo. ¿Padrinos? No son necesarios, únicamente que alguien aporte su firma como testigo.

La figura del padrino podía dejarse para el caso de que los papás no se opongan al bautizo, pero muestren explícitamente su ausencia de fe y vida cristiana. Vale. En ese caso que se asignen, de acuerdo con los padres, un padrino, una madrina o padrino y madrina que velen realmente por la educación en la fe del neófito.

¿Creen que sería de verdad algo tan peliagudo? Desde luego yo sería partidario que acabar por completo con la figura de padrino o madrina con la salvedad de casos especiales. Incluso me atrevería a una nueva redacción del canon 872 dejándolo en un “para el bautismo no es necesaria la figura de los padrinos, salvo en el caso de que los padres manifiesten su incapacidad de educar en la fe a su hijo y delegan expresamente esta función en otra persona”. Mejoraríamos bastante, incluso en lo teológico, y no creo que fuera algo tan disparatado.

Fuente:infocatolica.com

viernes, 4 de marzo de 2016

Un párroco bautiza a una niña con dos madres, que aparecen como tales en la partida de bautismo

Juan Carlos Alameda, párroco de la localidad tinerfeña de Tejina (España), ha bautizado a una niña ante la presencia de sus dos madres, Jésica y Sherezade, por entender que su labor como pastor es «acoger a las personas como las acoge Jesucristo», y así poder dar respuesta a la realidad.

La niña fue bautizada como Lucía el pasado fin de semana en Tejina (La Laguna) acompañada por sus dos mamás, que contrajeron matrimonio el 15 de junio de 2012 y tuvieron a su hija en diciembre del año pasado. Ambas mujeres figuran como progenitoras en el certificado de bautismo.

El párroco ha indicado en declaraciones a Efe que la solicitud de las mujeres de bautizar a la niña no le supuso «ningún problema», pues ambas son cristianas, quieren vivir la fe cristiana e igual postura tienen los padrinos, con lo que el bautizo ha estado conforme a las normas de la Iglesia.

«El bautismo no se puede negar», asevera Juan Carlos Alameda, quien indica que cuando las madres de Lucía le preguntaron «¿qué te parece? él contestó: a mí no me tiene que parecer nada», pues su labor como pastor «es acoger a las personas» y por ello «no hay ninguna otra peculiaridad».

Consultó con el obispado

Las mujeres son creyentes y tras decidir bautizar a la niña y hacérselo saber al párroco éste consultó con la Vicaría de Justicia del Obispado simplemente para inscribirlo en los documentos, pues en el sacramento «no hay ninguna variante ni otra cosa que lo prohíba».

De hecho, comenta Alameda, hace tiempo «que los párrocos, al estar más en contacto con la gente diariamente, preguntamos cómo actuar para actuar bien, acoger y ver siempre cómo está la legalidad civil».

Concluye el párroco que «en los tiempos que corren y en la medida en que nos pongamos delante de Jesucristo, si tenemos fe podremos encontrar la paz y la verdadera realización».

Fuente: infocatolica.com